El sueño infantil cumple una función reguladora y reparadora en el organismo. Es esencial para el control de la energía y la temperatura corporal. Es muy importante que se respete el ritmo del sueño infantil para favorecer el descanso de los más pequeños. El sueño en los niños y en los bebés, como en los adultos, tiene diferentes fases y etapas, que van variando con la edad. El patrón de sueño del bebé es muy diferente al de
un adulto. Un bebé recién nacido sólo tiene dos de las cinco fases.
Ellas son: fase REM y sueño profundo (fase no REM).
Fase REM
El sueño REM. Sueño de movimientos oculares rápidos (en español MOR; en inglés REM, de rapid eye movements): es la fase activa del sueño, en la que el cerebro permanece activo y también la más corta. En ella se encuentran, en mayor frecuencia e intensidad, las ensoñaciones. Además, la actividad de las neuronas del cerebro se asemeja a la de cuando se está despierto. Conforme el bebé va creciendo, lo normal es que los sueños REM vayan disminuyendo y que los NO REM vayan aumentando. A la edad de 4 meses, por ejemplo, el bebé consigue dormir 3 o 4 horas seguidas.
Fase no REM
Después de la fase REM entran en una fase de sueño profundo (no REM) del que pueden salir fácilmente despertándose.
El sueño no REM es la fase tranquila y profunda del sueño. Y también la más larga. La fase del sueño profundo es peligrosísima para el ser humano desde el punto de vista evolutivo, puesto que durante ella somos muy vulnerables. Para paliar esta circunstancia, la naturaleza, que siempre está de nuestra parte, intercala en las fases del sueño profundo “picos” de sueño ligero a modo de microdespertares. Si todo está bien, continuamos durmiendo y no nos enteramos, pero si algo no va bien, nos despertamos. Cuando los niños adquieren este dominio (que no se da hasta pasado el año, siendo normal que haya despertares por este motivo hasta los cinco años) duermen de un tirón, pero, en caso contrario, hay que darles más tiempo.
Es alrededor de los seis meses cuando el bebé adquiere el resto de las fases. Pero como todo, lleva su tiempo aprender a “usarlas”. Comienza un período de adaptación en el cual el niño va practicando cómo dormir, por decirlo de alguna manera. Habrá noches que se despierte muchas veces, otras menos y tal vez alguna, alrededor del medio año, las menos, duerma de un tirón.
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